jueves, 6 de mayo de 2010

Ricky


La poesía es el puente, muchas veces, entre aquello que se concibe imposible para un mundo de seres demasiado humanos, y uno de sucesos desbordantemente mágicos. Digamos pues que antes de llegar a esta película, muchos años antes, llegué a un cuento de Gabriel García Márquez, en el que un viejo alado aparecía tumbado en la arena, y una familia cercana a la playa, se lo llevaba al corral de sus gallinas, para convertirlo en algo así como en un monstruo de feria. Relatos como este, e historias como la planteada en la película "Ricky" del francés Francois Oçone, en donde a un bebé, de la nada, comienzan a brotarle alas en su espalda, nos muestra que el mundo de los terrestres, parece no estar preparado para este tipo de sucesos, aún más allá de la simple confrontación artística.
Con una dirección y fotografía naturalista, el proceso de una pequeña e incompleta familia francesa, perteneciente a la clase trabajadora, que es tocada por la intromisión de un hombre español, y posteriormente, por el nacimiento de un niño, con características espontánteas peculiares, esta realización de manufactura gala, es llevada a la pantalla de una forma, en que uno contempla el frágil trazo de una pintura, en donde los elementos de la costumbre, se van viendo transtocados por el fulgor de un pincel poeta, para dar forma a un poema multimedia, que tal vez, el finado pintor español Salvador Dalí, podría haber acomodado en el rango del hiper realismo metafísico.
Erotismo costumbrista, frialdad citadina, diálogos comunes, personajes entrañables, efectos visuales entre lo artesanal y lo naïve, son algunos de los elementos que hacen de esta película, una genial opción para llenarse de magia la vista durante un par de horas.

4 comentarios:

Megara900 dijo...

Yo me muero por ver la película, pero creo que a ti te ha fascinado porque esta reseña es bellamente poética. Me ha gustado que menciones a Gabriel García Márquez, nunca he leído dicho cuento pero creo que a él le gustan bastante los personajes mutagénicos, como en el caso de Cien años de soledad, los hombrecitos con cola, por ser hijos de primos hermanos. Y en ese cuento que retomas donde la familia lleva al ser alado a un gallinero, no se qué sea, tal vez la naturlalidad de las personas al aceptar los cambios que hace la naturaleza en las formas humanas en fin jeje me encanta. Y de la manera en que describes esta película me he imaginado un pequeño Serafín en casa. Ya sean alas o pezuñas un padre siempre dará un grito al cielo porque su hijo salga raro. Sangre de su sangre, hecho por su mano. Pero las alas son benditas, se hicieron para que alguien pudiera, lo que ningún hombre puede... volar.


Una hermosa reseña amigo, me ha encantado, ya sabes que me encantaría verla en el diario de todos los días :)

Reptante dijo...

Pues así como para morirse no está, pero en verdad vale mucho la pena. Este señor Ozone tiene un estilo peculiar de hacer cine; tal vez a veces muy francés pero es generador de atmósferas realmente poéticas. Y sí, no estamos preparados para lo extraordinario. Y en cuanto al cuento de Márquez, igual no es así como "El cuento", pero vale la pena. Y como siempre, muchas gracias por ser mi mejor promotora. Saludos amiga.

Megara900 dijo...

Hola Davit, si me gustó mucho la película, y a diferencia de muchas, tuvo un efecto en mi, me dotó cierta esperanza y si no hablé de mi vida en la reseña fue porque pensé que sería muy subjetivo jeje pero claro que quería decir eso, que me ha motivado a dejar la tristeza. Y pues espero mejorar mis criticas, esta me quedó muy escueta por temor a decir algo mal, pero ya vez que terminé metiendo la pata con lo del monje malvado, usted perdone siempre mi loquera, le dejo un abrazo.

Memorias Educadas dijo...

Nembre ne, y yo viviendo en una ciudad tan pseudo artista como Monterrey, donde apenas llego "Where the wild things are" Y EN ESPAÑOL. De veras que a lo mejor acepto la invitacion que me hicieron para irme alla, a la vieja ciudad de mis amores.