sábado, 14 de abril de 2012

Casa de las aves

Aquí estoy antes de que te hieran.
Aquí estoy que llegué cuando sólo habían tinieblas
y que permaneceré hasta que vuelvan.

Aquí estoy con la furia de los árboles que se llevaron.
Aquí estoy y no me pesan las sonrisas falsas, ni la mierda,
ni el dolor de las estaciones que se están brindando a manos llenas,
a esos desapercibidos de la vida, a esos oportunistas que fueron
convidados a las grandes y finitas gracias de la vendimia.

Aquí estoy y si mi mano
y si mis huesos
y si mi carne
te sirven de algo,
puedes quedarte conmigo,
sabes que sobra decirlo
que puedes meter tu mano
por el hueco de la jaula que aprisiona
y resguarda a mi corazón que es adrenalina
y que está sedado
y que conoce la condición
del fuego congelado
y de las alas que se quiebran
para nunca reunirse otra vez,
en pedazos.

Antiguo volar de nosotros

Las aves que éramos,
las aves que tú y yo
en la antigua noche
a la distancia.

El aire que cortaba y la respiración
acelerada. Tus pasos al acercarte.
El acecho prudente y tu aroma a la deriva.
No importó la destrucción de la barca
que nos contenía ni el agua que se cernía
sobre la superficie de nuestro pensar
tan descalzo. Amarte era no decir
que te amaba y me amabas
como te correspondía.

viernes, 6 de abril de 2012

Hablar de amor tan sólo para herirnos

Si nada pasa de este lado del puente,
si nada pasa porque no estás y no te miro…
tan sólo yo con mi voz quebrada
y este corazón que tan lejano siente tu latido.

Olvidar es borrar,
decir no lo viví,
decir no te he vivido.
Pero subsistes,
sigues siendo ese torrente,
sigues sangre galopando
por las fuentes
de la gran casona abandonada
que contiene los despojos de éste,
mi retiro.

Será que no escuchamos
y la única forma de comunicarnos,
abriendo nuestro ser, es enviando
entre líneas, pequeños signos
que escapan a la agresión de repelernos;
porque estamos enfermos de nostalgia,
porque al parecer en la distancia
nos amamos más y es ésta
la forma de definirlo.

Decir que no lo entiendo
sería negar que siempre lo he sentido
y es mi corazón de furia quien te guarda,
y es en la memoria de mis manos,
en el aroma que de mi mente emanas,
la señal de que te amo, y amor,
ya no tengo recato para decirlo.

Es por eso que sobrevivo,
porque todas las cosas que me rodean,
no son mías, tienen algo de ti: las nubes
con la suavidad y el delirio de tu cuerpo;
la luna con su misterio, el mismo de tus ojos
y el centro palpitante de la tierra, que no es otro
que el latido, como himno de galaxias
de tu corazón.

Porqué no acortas las palabras,
los vocablos que hacen
templos de la lejanía.
Porqué no pones dinamita
a la sentencia hostil
de hablar de amor
tan sólo para herirnos.

La noche en que no estás grita tu nombre,
mis noches no paran de repetirlo.

18 de Octubre de 2010

jueves, 5 de abril de 2012

La caída y el retorno

Si ella está por las cosas y a pesar de las cosas.
Si ella va por el mundo ocultando
su gran herida en el costado izquierdo.
Si ella va sin presumir que se volvió aliada
con el silencio, sin decir que le robé la sonrisa,
ni proclamar lo mucho que le duele el abandono
en que se convirtió y del que la convertí en protagonista.

Si ella va como las aves del océano en una catástrofe derramada,
con el plumaje hecho añicos y la imposibilidad de volar. Pido perdón
por el amor que obvié y pido perdón por no saber interpretar
o por haber callado, cuando hablar de amor era necesario.

Pero la justicia existe y el dolor que causé,
ahora, yo también me lo estoy causando.
Amar es también saber apreciar la destrucción
de una catedral y verla caer a pedazos.
Amar es también saber reconstruir en la mente
y asimilar la forma en que el viento y el agua, arremeten
contra las esculturas finamente esculpidas en las costas del sueño
que un día compartimos. Amar, bien podría ser otra forma,
de ser un amor, otro tipo de amor, a pesar del amor.

Llevarte y que me lleves al cementerio

Yo te llevo
pero tú no sabes llevarme.
Yo te guardo
y tú me tienes tan expuesto.
Tú me expulsas a pesar de que siempre,
a manos llenas....
y sin desearlo, tengas resguardo
en la pequeñez inhóspita
de mi soledad sanguínea.

La naturaleza es sabia,
debo estar perdido.
La naturaleza es fría,
debo estar equivocado.