yace ante los ojos inmunes de una estatua,
como la esposa de un sueño congelado.
Los días detenidos y a cuentagotas
pasan como brisa mientras duerme
la siesta del tiempo, el final y la llegada.
El hombre es la manipulación expresa,
el ejemplo de la maldad
llevada a términos de la perfecta ecuación.
La mujer y la promesa,
la tácita ilusión, sistemática rudeza,
del que marca los días en la pared de su prisión.
julio 6 de 2oo6
1 comentario:
me ha causado mucha gracia este cuasi soneto. Comenzó con un vaino parecido a lo impresionista y se fue convirtiendo en mi cascajo en un sonsonete de hip-hop, pura rima del poeta de la calle viejo, apúrate hermano, que se nos creció el enano.
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