lunes, 1 de marzo de 2010
The Lovely bones
Alguna vez, uno de mis amigos, y de los contados lectores de calidad que me honro de tener en este, mi panteoncito de memorias, me pidió que publicara alguna reseña sobre cine, o que simplemente recomendara películas. Si bien lo que a continuación haré no será traer una película que luzca como nueva ante sus ojos, sí es una película que me provocó muchas cosas, y como recién la vi ayer, pues aprovecho para comentarla.
Como ustedes sabrán uno de mis más grandes dolores, y recurrentes temas, es la insuperable nostalgia que me causa el ya no poder estar con Mi hermana Karylú, y qué mejor que Peter Jackson, vía su libre adaptación de la novela "Lovely bones", para venir a tallar, con las venas de un habanero, la herida que no cierra. Así pues, con ciertas reminisencias a "Más allá de los sueños" (en donde aparecía aquél, por algunos insufrible Robin Williams), el director que recobró una inusitada fama a partir de su adaptación de la obra cumbre de JR Tolkien, nos lleva por una multicolor gama de atmósferas y escenarios a sentir, en carne viva, lo que es estar muerto, y además haber quedado en el umbral de ser niño, y ya jamás poder dar el paso hacia la adolescencia.
Dentro de los corazones, dentro de lo más recóndito y asqueroso de la mente humana, cada persona guarda su pequeña conspiración, su dicotomía ángel-asesino (como aquél personaje, Archivaldo de la Cruz, del buñuelezco "Ensayo de un Crimen"), y es justo en ese espacio donde el niño con sonrisa del averno, regresa por temporadas, a la mente de un hombre que jamás pudo madurar para buscar una armonía en el difícil trabajo de vivir. Y es ahí donde el antagonista clava sus garras y donde sólo al parecer actuará la justicia divina, porque parece que Dios y su máquina llega tarde, demasiado tarde, para dar al clavo con su egoísta narrativa aristotélica.
"Para todos existe un cielo; para todos, una esperanza; para todos, la venganza. Un caballete, el marco y la tela, de los cuales poder sacar las más lúgubres e intensas iridiscencias, las más tristes memorias."
Cuentan las malas lenguas, la novela que dio inspiración a la película, fue escrita por una chica (Alice Sebold) que fue ultrajada. ¿Cuántos, en mayor o menor forma, no hemos sido ultrajados por la vida, y cuántos como su autora, al menos de momento, hemos podido decir: he podido olvidar, he hecho del crimen del que fui objeto, una obra de arte?
Es aquí donde el señor Jackson, logra su más grande acierto al conseguir los derechos de la novela, tiempo antes de que esta fuera concluída para poder llevarla a la pantalla, puesto que logra brindar con grandilocuencia mágica en la visión, relación padre-hija, un vínculo que permanece más allá de la vida al combinar de la protagonista que es afín a las chicas de películas románticas, juveniles y frescas de fin de semana; con la visión atroz, de horror profundo, que es para un padre como niño, perder la hija, la amiga que siempre quiso tener...¿Cómo no doblarse a tal grado de llorar como una quinceañera ante la pantalla, con esta mezcla de elementos? ¿Cómo no sentirse agredido e iluminado con la protagonista, cuando te mira a los ojos y te cuestiona, claramente, desposeída de materia, desde su cielo?
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7 comentarios:
"Y Abraham ya en la cima del monte Mojira, levantó su cuchillo que resplandeció con el Sol, y al empuñarlo hacía su hijo, creyó en virtud de la absurdidad que Dios no se lo pediría en sacrificio"
- Sören Kierkeggard -
Es excelente que me hayas puesto una buena recomendación, particularmente de esas películas que tratan sobre el mundo según quienes ya lo han abandonado, la buscaré y ampliaré mi comentario entonces.
David,qué bella reseña has hecho, no solo compartes aspectos de tu vida, sino que nos introduces a otros autores, eso disfruto siempre de ti, que nos compartas todo lo que a ti te ha gustado, yo creo que un escritor ha sido siempre un ferviente lector primero, y tú eres el vivo ejemplo, ya que te has preparado toda una vida, demasiado bien para este oficio. Me ha llamado mucho la atención especialmente cuando hablas acerca de la maldad que todos los seres humanos tenemos y creo que tienes razón, las personas no somos como en las telenovelas donde hay una muchacha excesivamente noble, que perdona a quien le hizo mucho daño, por supuesto que se puede lograr, pero eso requiere mucho trabajo. Hacer de las heridas una obra de arte... tal vez eso David, es con lo que nunca soñamos y cuando hemos terminado de hablar, allí está, cosa que nos diferencia plenamente de los escritores de canciones, porque ellos tienen un propósito y un sentido, quizá, de la remuneración de hacer públicas sus heridas, pero esto ya se sale mucho del tema, me he quedado pensando en eso, en la maldad porque yo pensaba hace tiempo si hay que ser malo para poder subsistir en este mundo, y ya que por aquí supongo que puedo decir malas palabras, llegué a pensar que en este mundo
si no eres un cabrón, eres un pendejo.
por lo pronto me encuentro en el segundo bando, pero supongo que tendré que irme amaestreando para dejar de serlo, me ha encantado tu reseña y pasar por aquí, no encontré la opción para seguir tu blog, pero por aquí estaré firmándote.
Me parece muy bien Gerardo, estoy seguro que en algún momento la peli podrá gustarte, con eso y que eres medio de corazón duro. Y gracias por esa cita de la reinterpretación bíblica por el maestro Sörencillo; en efecto, ese gran libro de historias que muchos siguen creyendo ciertas, guarda un marco de referentes infinitos.
Saludos, gracias por pasar.
Querida Meg, me encanta verte así de desenvuelta entablando un diálogo conmigo en el silencio. Realmente es muy bonito, y muy bonito también resulta que te haya gustado lo que escribí al respecto de esas dos obras artísticas en conjunto. En verdad que son emotivísimas, ojalá tengas la oportunidad de disfrutarlas.
Y no te preocupes por decir malas palabras, en este espacio, hasta puedes insultarme con el debido respeto. JOJOJO. Te quiero amiga, mil gracias por compartir estas cosas conmigo. Y pierde cuidado, creo yo tmb estar en ese bando del que hablas, aunque a veces puedo sentirme en algo así como en media tabla, un poquito cabrón, un poquito pendejo.
Hasta pronto luciérnaga.
Querido Reptante,
La cortesía bloguística de devolver la visita es imprescindible! Perdón por no mantenerme al día!!! Tenía un poco abandonada la blogósfera en general, pero de ninguna manera me son molestos tus visitas y comentarios, siempre gratos y generosos.
Continuemos pues, en esto de leer las letras del prójimo cercano. Gracias por seguir aquí!
Claro, es bueno estar al pendiente y no ya por el mero compromiso, sino por demostrar interés por aquello que uno cree interesante comunicar a los demás. No el hecho del escribir por el escribir, sino el de emitir ideas. Saludos Lilyán.
dos palabras: excelente película!!!!
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